Vigilancia Tecnológica
Ceresana analiza el creciente mercado mundial de films hechos de bioplástico
Los films estrechos como una oblea, a menudo de menos de 1 mm de espesor, son una de las principales áreas de aplicación en la que pueden establecerse los bioplásticos. Aunque los recubrimientos hechos de productos derivados del petróleo aún se venden más baratos y en mayores cantidades, materiales de base biológica como el almidón o el ácido poliláctico no solo ofrecen una mejor imagen pública en cuanto a sensibilización medioambiental, sino que a menudo también ofrecen beneficios tangibles: los envases alimentarios hechos de plásticos biodegradables no deben desecharse con un alto coste, sino que se pueden convertir en compost; los films de mantillo orgánico simplemente se pueden dejar en el campo y se pueden arar. Ceresana ha estudiado el mercado mundial de films hechos de bioplástico: el nuevo informe de mercado prevé que los ingresos aumentarán hasta alrededor de 14.200 millones de dólares estadounidenses para 2032.
Creciente demanda de films de base biológica
Si se quiere que un film cruja bien, sea transparente y permeable al vapor de agua, el hidrato de celulosa es difícil de batir: el bioplástico original se ha utilizado desde 1908 con nombres como celofán para envasar chocolates, flores, tarros de especias o incluso cigarrillos. Para los films hechos de polietileno o polipropileno, las alternativas de base biológica hace tiempo que dejaron de fabricarse únicamente a partir de madera o celulosa de papel usado. Los investigadores están trabajando en bioplásticos de aspecto futurista, como polihidroxialcanoatos (PHA) de bacterias y succinato de polibutileno (PBS) de residuos de fermentación. Cada vez más, los componentes “de base biológica” también se incorporan a los plásticos petroquímicos convencionales. Durante los diez próximos años, el consumo de films de base biológica aumentará de manera significativa en todo el mundo: Ceresana prevé un crecimiento anual de más del 14,6% en Asia, de alrededor del 11% en Norteamérica y de poco más del 8% en Europa.
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Creciente demanda de films de base biológica
Si se quiere que un film cruja bien, sea transparente y permeable al vapor de agua, el hidrato de celulosa es difícil de batir: el bioplástico original se ha utilizado desde 1908 con nombres como celofán para envasar chocolates, flores, tarros de especias o incluso cigarrillos. Para los films hechos de polietileno o polipropileno, las alternativas de base biológica hace tiempo que dejaron de fabricarse únicamente a partir de madera o celulosa de papel usado. Los investigadores están trabajando en bioplásticos de aspecto futurista, como polihidroxialcanoatos (PHA) de bacterias y succinato de polibutileno (PBS) de residuos de fermentación. Cada vez más, los componentes “de base biológica” también se incorporan a los plásticos petroquímicos convencionales. Durante los diez próximos años, el consumo de films de base biológica aumentará de manera significativa en todo el mundo: Ceresana prevé un crecimiento anual de más del 14,6% en Asia, de alrededor del 11% en Norteamérica y de poco más del 8% en Europa.
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